Cuento de Otoño


 

Quizás está siempre ahí, latente, la idea que lo que uno espera, intuye e imagina
No es más que deseo.
Y se revela,
Y se desarma en el aire de desconsuelo,
Y se ofrece al más mínimo anhelo,
Y le implora señales al tiempo.
Pero quien contempla, sabe.
Quien se ofrenda, vive.
Quien dice, pierde.
Y quien sabe, vive y pierde
Juega, ríe  y sueña.

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