Otra Palabra



La antesala de un martes naranja,
Deja entrever un hueco de profundos desencuentros.
Más casuales que inocentes,
Más reales que deseados,
Pero también consecuentes con las formas de actuar a través del espacio.
 
En la enorme piedra, polvillo.
En el interminable mar, una gota.
En la continuidad, un instante.
Y al caer de lleno en las abrumadoras manos de la angustia repetitiva y existencial,
Al entenderse nulo, intrascendente, anónimo y prescindible,
Oyó, silbar bajito, una palabra.

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